Su majestuosa colegiata dedicada a San Vicente se eleva por encima de la llanura y de los viñedos de la Malepère. Construida en un contexto de reconquista católica después de los accidentados episodios vinculados a la Cruzada Albigense, sus imponentes proporciones debieron permitir a la Iglesia Católica y Romana establecer nuevamente su autoridad sobre una tierra impregnada por la ideología cátara. En su forma actual, la iglesia es sobre todo representativa del arte gótico del Languedoc y, en la actualidad, alberga un gran órgano aún en funcionamiento. Un recorrido del patrimonio te guía por este antiguo pueblo fortificado y te narra la larga historia de este pueblecito con encanto. Una visita virtual te permite planificar tu programa de visitas:
El Macizo del Malepère
Al sureste del municipio se extiende un macizo montañoso, que alcanza su altura máxima con el Mont Naut (442 m). El nombre del macizo, que ha dado su nombre a la denominación de origen Malepère, proviene del occitano mala peira: «piedra mala». Y con una buena razón ya que, habiendo sido utilizada para numerosas construcciones, se va desmoronando con el paso de los años. Sin embargo, este nombre ha adoptado en la actualidad otros significados, ya que ha sido adoptada por los viticultores del Aude occidental. 39 poblaciones situadas entre Montréal y Carcassonne comparten la denominación de origen y producen vinos, que combinan la ductilidad con la potencia, el sabor de los frutos rojos con el de las especias y la dulzura de las notas de vainilla. La denominación de origen AOC existe desde 2007. Solo produce vinos tintos y rosados. Su potencial de guarda es de 2 a 5 años.
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El mirador de l’Espérou
Detrás de la maciza silueta de la Colegiata se esconde una pequeña plaza, que lleva el nombre del mirador, que se abre frente al paseante: l’Espérou. Desde esta bonita terraza se puede disfrutar de una espléndida panorámica de la Montagne Noire, el sillon del Lauragais, etc. Es la ocasión de recordar que el Canal du Midi pasa a través de una pequeña parte del municipio de Montréal. Los más curiosos podrán observar el balanceo de las gabarras y barcos estacionados en espera de pasar la esclusa de Béteille.
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La ruta de senderismo en Montréal
A las afueras del pueblo, un sendero de interpretación sobre el tema de la botánica explica la extraordinaria riqueza y variedad de especies que crecen aquí. Con ayuda de los paneles explicativos y de la aplicación de descubrimiento Au Cœur des Collines Cathares, podrás seguir la guía, jugando con tus hijos resolviendo los enigmas y las preguntas para aprendices botánicos o bien ver en tu smartphone los vídeos explicativos y descubrir la piedra toba de Montréal del Aude.
El camino de Piémont Pyrénéen (GR78) es una ruta secundaria del Camino de Santiago de Compostela, que atraviesa el pueblo y coincide hasta Fanjeaux con la ruta de senderismo de santo Domingo. Mapas e información disponibles en la Office de Tourisme Au Cœur des Collines Cathares.
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